Suelos de barro cocido
No existe un material mas idóneo para reflejar el talento del devenir de las civilizaciones que el barro cocido. Siendo los pavimentos mas utilizados hasta el siglo XIX, representan la transición entre el ladrillo y el esmalte vidriado actual, que si bien ofrece mucha mayor resistencia al desgaste, carece de otras características del barro cocido como son su cálido aspecto artesanal y su capacidad de regulación atmosférica, ya que a través de su poro abierto regula la humedad ambiental, aportando una atmósfera placentera y saludable a nuestras habitaciones.
Sin embargo esta misma propiedad porosa le confiere cierta permeabilidad a las manchas y por es por ello que conviene tratarlo con un producto que respete su estructura porosa al tiempo que la protege de los líquidos y la suciedad.
El aceite para suelos de barro cocido que utilizamos es además un producto respetuoso con el medio ambiente, basado en la química natural y por ello no contamina tampoco nuestro hábitat particular.
Decapado o limpieza, neutralizado de álcalis, aceitado, encerado y pulido junto al mantenimiento, son las claves para la restauración y el perfecto estado de un suelo de barro natural.
Siguiendo estos pasos tenemos suelo para toda la vida. Natural, sano, cómodo, poro abierto, agradable y duradero.