Aceite-cera
Los aceites y ceras que utilizamos, de las prestigiosas casas Naturhaus , Livos… están basados en la química natural y son intachables tanto desde el punto de vista de la fabricación, como en el de la aplicación, como en el de la posterior habitabilidad. Son exentos de plomo, con secativos a base de extracto de cortezas de cítricos que aportan un valor añadido de suave olor a naranja.
Tratamiento apropiado para:
- suelos de madera en general, escaleras, habitaciones, salas, baños, cocinas…
- suelos de barro cocido y piedra natural, aunque hay que tener en cuenta que aviva los colores
- muebles, tableros de trabajo, mesas de comedor
- patrimonio histórico, iglesia, castillos
- casas rústicas, caseríos
- alta decoración, ambientes minimalistas
Aunque éste tratamiento es muy apto para suelos de barro cocido y también para piedra natural, es sobre superficies de madera dónde tiene su más habitual utilización.
Los suelos de madera proporcionan calor y comodidad a su hogar. No obstante, también están expuestos a un elevado desgaste. Por ello, los suelos de madera requieren una protección especial que además en éste caso también acentúa de forma permanente sus propiedades naturales.
Con éstos acabados a la cera las superficies de madera conservan su carácter vivo y su elasticidad. La madera puede “respirar”, actuar de forma agradable sobre el clima ambiental y, al mismo tiempo, es resistente al desgaste por abrasión y repelente al agua y a la suciedad. El aceite-cera proporciona una protección duradera con un atractivo natural.
Apto e indicado para tablas de gran formato en anchura, ya que por su elasticidad no crea tensiones superficiales que pueden provocar el alabeo de la tabla como ocurriría con el barniz y no se resquebraja en las juntas con el movimiento natural de la madera. Hemos tratado tablas en suelo de 180 cm de ancho. Sí!! 180 cm!!
El tacto, el olor, el sonido y por supuesto la vista se recrean ante la presencia, la suavidad del acuchillado, la calidez y transpirabilidad, el aroma a naranja del aceite para suelos y el de la cera de abeja. La luz revotando con suavidad sobre la superficie, nos ofrecen una experiencia sensorial genuina, de permanencia en una atmósfera entrañable creada por la transpirabilidad de la madera maciza nutrida en estos suelos con aceites y ceras naturales, con un acabado semi mate, antiestático y antirresbaladizo.
El acabado puede ser satinado-mate o satinado-brillante, depende del tipo de aplicación y resultado que se quiera conseguir.
Al aplicar el aceite el color de la madera queda avivado. Es un producto indicado tanto para maderas claras como oscuras. Las maderas claras se pueden teñir en blanco o en tonos más oscuros que la propia madera, pero nunca se recomienda forzar el tono naturalmente propio de cada madera en cuestión, en exceso.
La madera hace gala de una gran adaptabilidad: hay maderas blandas y blancas, como el pino, abeto, abedul, cedro o ciprés. Aptos para ser teñidas en blanco. Otras también de origen europeo, más resistentes y duras, como el haya, el castaño, nogal, olmo, encina o cerezo. Con su riqueza de tonos las hay más apropiadas para teñir en blanco como el roble, que queda precioso y natural con un ligero decapée blanco. O para teñir en oscuro como el castaño.
Ni que decir tiene que todas quedan preciosas en su tono natural y que ésta es la opción además más apropiada para la mayor durabilidad y mantenimiento de la superficie.
Por último las maderas tropicales como el elondo, ipe, iroko, sapelli, teca, doussié, con sus especiales tonos y características, generalmente más rojas y oscuras…llegando al negro y duro caoba y el ébano.

