Restauración de suelos y mobiliario

Muchas veces al recuperar un suelo de madera o un mueble, estamos manteniendo un vínculo emocional. Nos apoyamos en la historia del objeto porque son materiales que ya tienen una vida, nos cuentan cosas y como los buenos vinos, los buenos materiales han madurado y están llenos de matices con el paso del tiempo. Esos múltiples matices que un material nuevecito a estrenar, no tiene. Solo hace falta escuchar… un lavadito de cara, una buena puesta a punto…y a disfrutar de su encanto, elegancia y comodidad.

La calidad de una madera antigua es mejor y no sólo porque ha acanzado un grado extra de dureza y estabilidad que la madera nueva cortada hace poco no tiene. Y es que nuestros abuelos cortaban los árboles siguiendo las lunas, dependiendo el uso que se le iba a dar a esa madera determinada, una sabiduría ancestral pasada de generación en generación y patrimonio de la humanidad que hoy hemos perdido.

Pero uno de los principales motivos madera maciza de nuestros suelos o muebles o nuestras baldosas de barro cocido.

Con ello no sólo estamos ahorrando en nuestra economía si no tambien en los recursos del planeta. La madera proviene de los bosques y es un logro sacar el mayor partido de estos valiosos seres vivos cada vez más escasos y a quienes cada vez necesitamos más para mantener el delicado equilibrio natural  del CO2, entre otras cosas.

Limpiamos en profundidad por medios mecánicos, manuales y químicos devolviendo a suelos, ventanas, puertas o muebles su carácter natural.

Limpiando, coloreando y restaurando tablas o piezas en mal estado se devuelve al elemento a su estado óptimo, manteniendo al mismo tiempo sus pátinas y demás inclemencias de una larga vida. Volvemos a disfrutar del objeto mejor que nuevo 100 años más.

Después un buen tratamiento antixilófagos, nutrido y encerado, asegura poder conservar un buen mueble mucho  mejor que uno nuevo de chapa y cartón prensado.

Reciclar buenos materiales es un acierto seguro.


Restauración de suelos y mobiliario